Rol de comentarista

Hola! Esta semana me ha tocado un nuevo rol, el de comentarista. 

Este rol consiste en comentar las publicaciones de los blog de 5 de mis compañeras, allá va!

Mi primer comentario ha sido en la entrada de Victoria Amaya, la cual ha llamado "la importancia de reír". Me ha parecido un tema muy interesante y me ha gustado mucho el análisis que ha hecho sobre él creo que tiene toda la razón, reírse da vida y energía para soportar los problemas que se interponen en ella.

Un minuto desternillante puede cambiarte un día malo, puede solucionar un enfado con amigxs, puede hacer que algo que tienes que hacer por obligación ya no te moleste tanto... en definitiva puede hacer magia, y creo que todos deberíamos tener un ratito al día para reírnos con las personas que queremos.

En mi opinión la risa también es un método para ayudar y curar muchos problemas.

En segundo lugar he entrado en el blog de Raquel Camacho, en la entrada "el trasfondo de las relaciones tóxicas", este es un tema muy delicado y extendido, pero me ha gustado como lo ha tratado, actualmente nos rodeamos de relaciones tóxicas, creo que todo el mundo puede poner un ejemplo de alguien cercano, y me parece tan triste... La verdad es que estos años he notado un aumento muy grande en estos casos, y también un aumento de nivel en cada uno, de hecho, no conozco a ninguna pareja ahora mismo que no sea o tenga rasgos tóxicos. Parece que se ha puesto de moda controlar a tu novix como si no tuviese capacidad de decisión propia, como si su persona te perteneciese. Nunca entenderé el sentido de no querer que tu pareja salga de fiesta o este con amigxs del otro sexo, pero menos entenderé que si lo hace haya consecuencias, tanto para la pareja, como a veces para los amigxs con los que esté. Creo que si quieres a una persona su felicidad es igual de importante que la tuya, y nadie tiene derecho a dejarte o no dejarte hacer cosas, ya que cada uno debe ser libre, respetando a su pareja y siendo respetada por ella. 

Siguiendo, he comentado en el blog de Sofía Diaz, "Derribando fronteras". En la entrada habla sobre la dificultad que tenemos las mujeres de acceder a un cargo superior antes que un hombre. Me parece muy interesante el tema a tratar, se nos subestima por ser mujeres, y se pueden poner miles de ejemplos de casos así. Es verdad que se esta avanzando poco a poco, gracias al feminismo y a movimientos en contra de que pase esto, pero queda mucho camino por recorrer.

 Después, he encontrado en el blog de Laura Díaz una entrada hablando de la polémica que se inició en los medios cuando una influencer  subió una foto en la que se le señalaban los pezones con la camiseta, recibiendo muchos comentarios ofensivos. Da mucha rabia como mujer seguir viendo estas cosas, sentirse siempre juzgada por como vas, como tienes cada parte del cuerpo, tu autoestima, o mil cosas más, porque lo que se pretende es que seamos perfectas, pero no se dan cuenta de que nadie es perfecto, y a la vez todos somos perfectos para los ojos adecuados.

El cuerpo de la mujer esta sexualizado, lo que en un hombre se ve como una parte del cuerpo, en una mujer se ve como un producto, y eso es muy triste. Nuestra realidad debe dar un cambio radical.

Por último, he comentado en el blog de Aitana Díaz, en su entrada "Menores extranjeros no acompañados. Nos dejamos llevar por los estereotipos y lo que aprendemos de lo que otros piensan, sin pararnos a pensar ¿Por qué? ¿Por qué esos niños van a ser como me han contado si nunca he conocido a ninguno? ¿Por qué a ellos se les generaliza con que todos hacen esto o lo otro pero cuando lo hace un español supuestamente es un caso aparte? 

Creo que tiene razón en que los niños pueden desarrollar conductas disruptivas por el rechazo que se les muestra, pero también porque al llegar no se les educa en nuestra cultura ni se les enseñan las normas existentes.

¿Y si me duele pensar?

 Esta semana quiero introducir el tema del que va a tratar el blog, la salud mental. 

La salud mental se describe como un estado de bienestar emocional, psicológico y social, en resumen, al igual que la salud física es la ausencia de dolores o enfermedades,  la mental es la ausencia de problemas que afecten al pensamiento, ánimo, comportamiento...

En los tiempos en los que estamos es difícil encontrar a alguien con una salud mental plena, ya que existen cada vez más estímulos que lo impiden, como las redes sociales, o, aprovechando lo ocurrido estos años, la pandemia.

A la salud mental no se le da la importancia que debería tener, solo nos centramos en la física, en ir al médico cuando te duele la pierna o el ojo, en que si no tienes ninguna enfermedad física estas perfectamente, pero, ¿Y si me duele pensar? ¿Y si la enfermedad que tengo solo la noto yo? a lo mejor entonces no se qué hacer o con quién hablar. 

Sabemos resolver ecuaciones, quién es el Cid Campeador o Albert Einstein, sabemos miles de cosas pero, ¿De qué nos sirven en nuestro día a día? Son cultura y conocimientos importantes, pero, ¿Más importantes que saber reconocer cuándo estas triste, enfadado o asustado?

En mi opinión, a la vez que se enseña lo que se enseña actualmente en la escuela, nos deberían educar en emociones, valores, salud mental...

Todos tendríamos que saber identificar cómo nos sentimos, ¿Cuántas veces te han preguntado "qué tal" y has respondido "bien" sin pararte a pensar cómo estas realmente? No nos han enseñado a expresar cómo nos sentimos, ni que hablar de ello está bien y se debe hacer.

Por todo esto, cuando nos llega una emoción nueva o desconocida no la sabemos gestionar, no sabemos que hacer, si ignorarla hasta que desaparezca o comernos la cabeza buscando la razón de su aparición, y a veces, tanto la primera como la segunda opción nos explotan en la cara, ya que el problema se va haciendo más grande sin darnos cuenta, y puede acabar en una enfermedad mental, tal como depresión o ansiedad.

Tal vez si desde pequeños nos enseñaran inteligencia emocional seriamos capaces de solucionar muchos problemas antes de que se volvieran un impedimento para realizar diversas actividades diarias.

Si nos enseñasen hasta qué punto es normal estar, por ejemplo, triste o estresado, y a quién pedir ayuda en caso de traspasar ese punto, sabríamos cuándo identificar un problema, y si no somos capaces de resolverlo nosotros solos, sabríamos a qué o quién acudir.